Los lunares son alteraciones dérmicas que se pueden presentar en cualquier parte del cuerpo, con diferentes formas, tamaños, colores y texturas. Es importante conocer los tipos de lunares que hay, para poder observar si sufren alteraciones, lo cual puede provocar cáncer.

Es importante que acudas de forma regular con un dermatólogo para que lleve un control de tus lunares, y así actuar a tiempo y evitar complicaciones de salud.

Tipos de lunares

Lunares comunes
Se presentan en cualquier parte del cuerpo, en particular en personas de piel clara o en bebés de entre 6 y 12 meses. El principal factor para la aparición de este tipo de lunares es la exposición solar. Se debe prestar atención a cualquier cambio, ya que puede convertirse en cáncer.

Lunares atípicos
Son más grandes que los lunares comunes. Pueden ser lisos o rugosos, y tienen alrededor de 1 cm de diámetro. El color de este tipo de lunares varía entre tonos beige y marrón. Aparecen solos o en grupo; en áreas como la espalda, nalgas, pecho y cuero cabelludo.

Lunares congénitos
Pueden ser redondos u ovalados y tienden a ser de coloración desigual. Aparecen en los recién nacidos; pueden ser pequeños o muy grandes.

Lunares de spitz
Suelen aparecer entre los 3 y 13 años, especialmente en el rostro y en la cabeza. Son lisos y benignos, a menos que tengan tonalidades rojizas o elevaciones.

Lunares con aureola
Se forman alrededor de una  lesión, y se reconocen por tener una aureola blanca despigmentada de la piel alrededor. Desaparecen con el tiempo, por lo que se consideran inofensivos.